Por: Juan F. Cruz Torres
Escritor, conferencista y Director Ejecutivo AIPEH-PR
Los hispanos, sin lugar a dudas, hemos hecho grandes contribuciones al mejoramiento de la calidad de vida de los Estados Unidos. Gracias a nuestro deseo de trabajar y espíritu de superación hemos ocupado posiciones de liderazgo en prácticamente todos los ámbitos del quehacer humano en esta nación.
Un embajador es alguien a quien se le ha conferido la autoridad y responsabilidad de representar a una nación y/o raza ante un organismo o país. Cuando hablamos de herencia y cultura, nos referimos a lo que nos da identidad propia y nos diferencia de otros.
Al reflexionar acerca de la celebración del “Mes de la Hispanidad”, pienso en todas las personas que han tenido que pagar un alto precio para que muchos de nosotros podamos hoy disfrutar de una mejor calidad de vida.
Una pregunta que debemos hacernos es; ¿Cuán importante es el liderazgo en la calidad de vida de los pueblos? La respuesta es simple, es de vital importancia.
Una nación y organización son por lo general, un reflejo vivo de las capacidades, las limitaciones, las actitudes y los valores de quienes la lideran. De ahí la importancia de que nos ocupemos de mejorarnos, e independientemente del escenario en el que nos encontremos ejerciendo una función de autoridad y liderazgo, nos aseguremos de ser fuente de inspiración para nuestra gente y de ser dignos embajadores de nuestra herencia y cultura.
Necesitamos avanzar a comprender que todos somos líderes inspiracionales en potencia y que todos estamos llamados a inspirar. Un padre, madre o abuelo, tienen tanta o más responsabilidad que un maestro o un presidente de la Nación en la formación y progreso de nuestra gente.
Entendamos que ni la frustración, ni la resignación, ni la negación ni la victimización son la solución a los problemas que nos aquejan. La solución es crecernos y ponernos a la altura de las circunstancias como lo hicieron muchos de los nuestros líderes que nos antecedieron cuando tuvieron que encarar sus propias crisis y desafíos de su época.
El mundo reclama más líderes inspiracionales. Doy gracias a Dios por todos los que nos sirvieron de norte y con su ejemplo ayudaron a formar nuestro carácter. La situación actual por la que atravesamos demanda del mejor liderato disponible para salir adelante como sociedad.
Los mejores líderes evidencian un compromiso apasionado por servirle y cuidar de su gente, cumplen con su misión y poseen autoridad moral. Ahora, la autoridad moral ni se compra ni se otorga, se gana. Y se gana cuando vivimos a la altura de nuestra conciencia y convicciones, incluso cuando esto a veces implica no gozar de la simpatía de la mayoría.
A veces tardamos demasiado en descubrir, que para ser fuente de inspiración para nuestra gente, con todo el mérito que esto merece, no tenemos que libertar naciones como Nelson Mandela, fundar organizaciones multinacionales como Bill Gates, ni escribir “best sellers” como el laureado orgullo de todos Gabriel García Márquez. Basta con reconocer que estamos llamados a esto y asumir la responsabilidad que nos corresponde.
Mi exhortación es que nos propongamos vivir a la altura del sacrificio de quienes nos antecedieron y dieron lo mejor de ellos para legarnos un mejor porvenir. Este es el momento y las circunstancias para que como personas de buena voluntad, hagamos la diferencia y seamos parte de la solución.
Todo líder debe procurar dejar un legado que trascienda a través de las mentes y de los corazones e inspire en las generaciones que le sucedan un espíritu de gratitud, de servicio y de superación.
Se nos ha dado la encomienda suprema de llevar a nuestra gente a ver oportunidades donde antes veían adversidades, a pensar lo que nunca habían pensado, imaginar lo que nunca habían imaginado, a creer en lo que nunca habían creído y a conquistar lo que nunca habían conquistado.
Nuestra conciencia nos emplaza a que vivamos vidas con propósito, dignas de ser emuladas y que sobre todas las cosas, honren a nuestros padres, a nuestra herencia y a nuestro Creador.
jubilee@jubileepr.com ♦ www.jubileepr.com
(787) 374-6362
Tags: Juan Fernando Cruz, Jubilee, Liderazgo, Mes de la Hispanidad
Lider es aquel que logra unir muchas voces en una sola.
Esta es la tarea que tenemos todos los Embajadores de Buena Voluntad que hemos asumido la responsabilidad de hacer llegar a la mayor cantidad de personas posible, el llamado al rescate de esa hermosa herencia literaria que nos han dejado nuestros grandes escritores y poetas.
El Mes Internacional del Libro Hispano es un diseño de hermandad y unidad que su creadora, la escritora y poeta Pilar Velez, ha dejado marcado en la historia de todos los hispanos.
Nuestro compromiso comenzo el 15 de septiembre, pero debe durar por el resto de nuestras vidas. De nada nos sirve llevar nuestra sangre mambisa, si no sabemos luchar por nuestros derechos y compromisos. Ser lider no es dirigir un pueblo, ser lider es saber mantenerse firme con una idea que involucra a muchos pueblos. Una idea que instruye y honra. Nuestra nueva generacion debe saber quien fue Gabriel Garcia Marquez, Ruben Dario, Gabriela Mistral, Jose Marti, y tantos otros que con su pluma han dejado un legado de cultura y conocimientos que no deben desaparecer de la historia de todos los hispanos.
Este Mes Internacional del Libro es la gran oportunidad para abrir las puertas de nuestra cultura y darle a conocer al mundo, en especial los jovenes, que nosotros tenemos una herencia de la cual vamos a sacar provecho, no tan solo por darla a conocer, sino tambien, porque habemos muchos nuevos escritores que estamos luchando duramente para seguir los pasos de aquellos que nos dejaron un gran legado.
Mis felicitaciones a Maria del Pilar Velez, a todos los Embajadores de Buena Voluntad y a todos los poetas y escritores hispanos que se han ido sumando a nuestro equipo.
Que Dios los Bendiga a todos.
Doria Garcia-Albernaz